Qué es un trauma
Los que se asoman al mundo del EMDR y se interesan por saber más sobre este abordaje psicológico, se encuentran repetidamente con la afirmación de que está mundialmente avalado para trabajar con el trauma...
¡Perfecto! Pero... ¿Qué es un trauma?
La palabra trauma proviene del griego y significa "herida". Un acontecimiento traumático es un evento que va a provocar una creencia errónea y dolorosa sobre mí mismo y/o sobre el mundo que me rodea. Es una huella que queda en mí de aquello que viví y no puede superar, asimilar.
Pongamos un ejemplo: De pequeño tengo un profesor que, por los motivos que sean, se dedica a exponerme en público y a humillarme de forma repetida durante el curso (o pocas veces pero las vivo de forma intensa y abrumadora). De esa experiencia traumática que no logro superar, me quedan una o varias creencias negativas: "no soy capaz"; "soy tonto"; "merezco que me pasen cosas malas"; "no estoy a salvo", etc.
No importa que 30 años después haya tenido experiencias positivas que me hagan ver que soy capaz de hacer frente a las cosas o que soy una persona válida, porque, cuando algo en mi interior conecta con la información almacenada de esa experiencia traumática, vuelvo a sentirme mal (rabia, tristeza, incapaz, débil, etc.) y a creerme, en algún grado, esos pensamientos negativos.
Existen diferentes tipos de traumas, pero lo más importante a tener en cuenta es que algo no es traumático en relación a una supuesta objetividad, sino que algo será traumático en función de la experiencia personal del suceso. Esto significa que, por ejemplo, a ojos de un adulto puede parecer que algo que le ocurre a un niño no es un acontecimiento traumático, pero para el niño sí serlo.
El trauma, cuando es desarrollado en el marco de las relaciones familiares y, en específico, de los vínculos primarios (es decir, normalmente los padres), puede ser mucho más difícil de detectar que aquellos traumas derivados de acontecimientos que ponen en riesgo la vida (como accidentes o enfermedades), pero ser igual o más perturbadores.
La dificultad de detectarlos es que, al provenir de las personas que nos cuidan (o deberían hacerlo), solemos protegernos mentalmente de la información relativa al motivo del trauma con diferentes estrategias: podemos usar la idealización, la negación, la normalización, la disociación... Esto puede ocurrir porque tener en mente de forma consciente que las personas de las que dependo o quiero no me están tratando de forma adecuada, puede ser demasiado doloroso o terrorífico.
Por tanto, como se podrá observar, el EMDR puede ayudar con multitud de problemas cuyos orígenes estén en experiencias no superadas.
Sobre la evidencia en tratamientos con diferentes diagnósticos ya existe una entrada, así que no me voy a repetir en este sentido.
Espero haber dado algo de luz al tema.
Un abrazo.
Muy buen artículo sobre el trauma y me parece interesante plantear el tema de los traumas en el entorno familiar, ya que aquí se entrecruza los problemas de apego y trauma, con las consecuencias que ello genera. Felicitaciones por el blog
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras, Andrés. Me alegra que te resulte interesante. Un abrazo.
EliminarUn articulo muy util
EliminarHola Iris, yo también soy psicólogo y me ha gustado mucho tu artículo. Has compartido una visión de trauma muy importante, y es que no tienen que ocurrir grandes sucesos puntuales, el trauma se construye en lo cotidiano.
ResponderEliminarEnhorabuena.
www.grullapsicologiaynutrición.com
Hola Iris, yo también soy psicólogo y me ha gustado mucho tu artículo. Has compartido una visión de trauma muy importante, y es que no tienen que ocurrir grandes sucesos puntuales, el trauma se construye en lo cotidiano.
EliminarEnhorabuena.
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